En Supervivientes enfrentarse a Montoya o Anita sale caro. Las acusaciones de esta semana, el apartarles o apartarse del grupo, el no encajar con ellos, puede costar el fin del reality. Pelayo Díaz pagó anoche muy caro su batalla con la pareja Leer En Supervivientes enfrentarse a Montoya o Anita sale caro. Las acusaciones de esta semana, el apartarles o apartarse del grupo, el no encajar con ellos, puede costar el fin del reality. Pelayo Díaz pagó anoche muy caro su batalla con la pareja Leer
Supervivientes se ha convertido en un duelo al sol. En un lado Makoke, Borja, Álvaro Muñoz Escassi, Pelayo Díaz y Adrián Quintero; en el otro, Anita y Montoya. ¿Desequilibrio? Sí, pero no porque unos sean más y los otros sólo dos, sino porque la fuerza de los dos es mil veces más que la de los otros cinco aun siendo más del doble? Enfrentarse a Anita Williams y Montoya sale caro. Anoche, Pelayo Díaz pagó un precio muy alto.
Claro favorito para ganar Supervivientes, Pelayo Díaz se convirtió en el expulsado de la noche. Ser el expulsado ahora mismo es la mayor putada que te puede ocurrir. A un paso de la final, quedarse a las puertas es el peor castigo que uno puede recibir. Pelayo Díaz lo recibió anoche. ¿Por qué? Porque Pelayo Díaz decidió hace muchas semanas, casi al inicio de Supervivientes que él no iba a casarse con absolutamente nadie y que le daba exactamente igual si se ponía a la audiencia en contra. Las palabras del pasado domingo, asegurando que no entendía por qué la audiencia salvaba a Montoya, por qué el público premiaba a alguien como él le han salido muy caras.
Pelayo Díaz no se merecía ser el expulsado de anoche, pero su duelo con Álvaro Muñoz Escassi no iba a satisfacer a nadie porque se hubiera ido Escassi o él, Supervivientes iba a perder a uno de los miembros del equipo anti Montoya. En el caso de Pelayo Díaz, la expulsión duele más si cabe, pues él, a diferencia de otros se ha mantenido fiel a lo que ha hecho todos estos meses: Pelayo Díaz no ha soportado nunca a Montoya y no iba a empezar a soportarlo ahora.
¿Por qué Montoya sigue adelante en Supervivientes? ¿Por qué los seguidores del reality cargan con dureza contra el sevillano y luego el expulsado es otro? Porque las redes sociales hace tiempo que dejaron de ser un fiel reflejo de lo que realmente la audiencia quiere o siente. Sí, si nos guiamos por X, la expulsión de anoche de Pelayo Díaz es un tongo como una catedral, el problema es que vota mucha más gente que la que escribe en X y muestra su indignación. Gente que no va a perdonar lo que se ha vivido esta semana con Montoya, lo que se ha vivido durante todo el reality.
El que es apartado siempre se gana el favor del público. Con la expulsión de Carmen Alcayde la semana pasada, Anita y Montoya se quedaron completamente solos. Una soledad que han visibilizado ellos, pero que también han visibilizado los otros. Cuando el domingo la audiencia decidió salvar a Montoya, Pelayo Díaz no daba crédito, no entendía que estaba viendo la gente en sus casa para no expulsar a Montoya y expulsar a un concursante de pro como Damián Quintero. La realidad es que siempre hubo malos y malos más malos. Anita y Montoya son de los primeros; de los segundos son el resto.
Atacar al débil se castiga con dureza. Algo muy, muy, muy terrible tiene que hacer el débil para dejar de tener el favor del público. Montoya lo más terrible que ha hecho es tener un afán de protagonismo insoportable y una intensidad que no hay dios que la aguante nadie. El resto han cometido el peor de los pecados en un reality, cargar, apartar, marginar y machacar a una misma persona.
Pelayo Diaz se convirtió en el expulsado de anoche porque guste más o guste menos los cinco de una de las partes van a ir cayendo poco a poco hasta que llegue el gran día de la final que enfrente a Borja, Escassi, Anita Williams y Montoya. Estos van a ser los cuatro finalistas. Se igualarán por fin las fuerzas entre el equipo anti Montoya y el equipo de Montoya. Y con las fuerzas equilibradas sólo quedará saber si el público se cobra las traiciones de Escassi y Borja de esta semana o si se castiga la intensidad y el protagonismo.
Que anoche Pelayo Díaz fuera el expulsado no quiere decir que Montoya vaya a ser el ganador. Quiere decir que la audiencia, pese a las graves acusaciones que se vertieron sobre Montoya esta semana, quiere al más fuerte para hacer frente a Montoya y Anita. Los más fuertes en este caso son Escassi y Borja. Ellos representan la esencia de la supervivencia, el concurso de pro, el ser supervivientes de tomo y lomo sin más. Anita y Montoya representan el otro lado del reality, tan necesario como el primero, el salseo, el contenido, la chispa. ¿Te imaginas un Supervivientes en el que en cada gala la palapa la Ocuparan 15 Escassis o 15 Borjas? Apaga y vámonos.
Aunque enfrentado ahora, tienen que ser conscientes que los unos sin los otros no pueden vivir. Sin la supervivencia de Escassi o Borja, el salseo de Montoya y Anita no es suficiente. Pelayo Díaz, pese a ser uno de los más críticas con Montoya, era uno de los conjugaba las dos virtudes o defectos: tenía supervivencia y tenía salseo, pero ha sido el sacar los colores a la audiencia como Pelayo Díaz los sacó el domingo tras la salvación de Anita Williams lo que le ha costado haberse quedado a las puertas de la final.
De hecho, anoche el primer salvado fue Montoya. Primera pista de lo que podía suceder. A partir de aquí todos fueron cayendo como moscas. «El primer superviviente que continúa nominadoy que se enfrentará a la expulsión de esta noche es Pelayo» anunció Laura Madrueño. «El segundo superviviente es Damián«. Y así, uno detrás de otro.
El tercer concursante que siguió en la nominación fue Escassi, esto dejó a Anita fuera de la expulsión. La audiencia estaba mandando un mensaje muy claro. Si seguís atacándoles, vais a ser vosotros los que caigais.
A diferencia del rapapolvo que Pelayo Díaz echó el domingo a la audiencia por salvar a Anita y dejar fuera del reality a Damián Quintero, cuando anoche Laura Madrueño dijo su nombre, Pelayo Díaz decidió irse sin dar más puntos a Montoya para que la audiencia le convierta en el ganador de Supervivientes -si esto ocurre será un gran error, primero para él, después para el resto-. «He aprendido tantas cosas de los demás, de las prioridades en al vida, de mí mismo… Esto ha sido un privilegio, me voy con la cabeza bien alta. Dadlo todo, nos vemos enseguida y os quiero», fueron las palabras de Pelayo Díaz antes de abandonar la palapa.
Se fue con la cabeza bien alta y con razón, pues su único error en Supervivientes fue no jugar bien su partida de ajedrez. Error, no, porque Pelayo Díaz siguió a lo que creyó desde el principio de Supervivientes. Mal jugado, muy mal jugado.
Esta semana la historia se va a volver repetir con los nominados. Álvaro Muñoz Escassi logró convertirse en el líder. Es el único que no está nominado; el resto, a la palestra. ¿Quién va a caer? O Makoke o Damián Quintero. Montoya y Anita no caerán hasta no volver a España. Es una partida a dos bandas, y sólo puede quedar uno.
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