El presidente francés ha protagonizado un tenso intercambio con los residentes que siguen sin agua tras la gran tormenta de la semana pasadaEl doble fracaso de Emmanuel Macron: el retorno fallido del ‘viejo mundo’ y el auge de la extrema derecha en Francia
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha protagonizado un airado intercambio de palabras con los residentes de las islas Mayotte afectados por el ciclón, diciendo a una multitud indignada que abucheaba: “Si esto no fuera Francia, estaríais 10.000 veces más en la mierda”.
El ciclón Chido arrasó Mayotte, situada entre Madagascar y Mozambique, el 14 de diciembre, destruyendo infraestructuras vitales y arrasando muchas de las chabolas con tejados de hojalata que componen sus grandes barriadas. Casi una semana después de la peor tormenta de los últimos 90 años, el territorio más pobre de Francia sigue sufriendo escasez de agua.
A lo largo del jueves, el presidente francés se enfrentó a mahoreses furiosos que exigían saber por qué no les había llegado aún la ayuda. En un momento dado dijo a una multitud: “Estáis contentos de estar en Francia. Si esto no fuera Francia, estaríais 10.000 veces más en la mierda. No hay otro lugar en el Índico donde se ayude tanto a la gente, eso es un hecho”.
Las declaraciones han sido duramente criticadas por la oposición francesa.
El jueves por la noche, Macron explicó que ampliaba su visita a un segundo día “en señal de respeto, de consideración”. “Decidí dormir aquí porque me pareció que, dado lo que está viviendo la población, [irse el mismo día podría haber] instalado la idea de que venimos, miramos, nos vamos”, dijo.
Los abucheos han continuado el viernes. “Siete días y no eres capaz de dar agua a la población”, le gritó un hombre a Macron mientras recorría la pequeña comunidad de Tsingoni, en la costa oeste de la isla principal de Mayotte, Grande-Terre.
“Comprendo su impaciencia. Pueden contar conmigo”, respondió Macron, diciendo que se distribuirá agua en los ayuntamientos.
El número oficial de muertos, 31, ha sido inferior al esperado, después de que las autoridades dijeran que temían que hubiera miles de muertos. Los entierros inmediatos, acordes con la tradición islámica, y el gran número de personas migrantes sin papeles procedentes de las cercanas Comoras que evitan a las autoridades por miedo a ser deportadas, pueden hacer que nunca se conozca el verdadero número de víctimas mortales.
El ciclón también causó 73 muertos en el norte de Mozambique y 13 en Malaui, según las autoridades de estos países del sureste africano.
Mayotte tiene oficialmente 320.000 habitantes, pero las autoridades han afirmado que podría haber entre 100.000 y 200.000 más, la mayoría procedentes de las Comoras y que viven en los barrios marginales de las islas. Mayotte pasó a formar parte de Francia en 1841 y votó a favor de seguir siendo francesa en 1974, cuando las islas Comoras optaron por la independencia.
A principios de semana, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, de derechas y abiertamente contrario a la inmigración, declaró que Mayotte no podía reconstruirse sin abordar la inmigración.
En Kaweni, un barrio marginal a las afueras de la capital de la isla, Mamoudzou, Ali Djimoi dice que ocho personas que han vivido cerca de él han muerto a causa del ciclón, dos de ellas fueron enterradas rápidamente cerca de una mezquita. Cree que Mayotte ha sido “completamente abandonada” por el Estado francés. “El agua que sale por las tuberías, aunque funcione no se puede beber, sale sucia”.
Con información de agencias. El presidente francés ha protagonizado un tenso intercambio con los residentes que siguen sin agua tras la gran tormenta de la semana pasadaEl doble fracaso de Emmanuel Macron: el retorno fallido del ‘viejo mundo’ y el auge de la extrema derecha en Francia
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha protagonizado un airado intercambio de palabras con los residentes de las islas Mayotte afectados por el ciclón, diciendo a una multitud indignada que abucheaba: “Si esto no fuera Francia, estaríais 10.000 veces más en la mierda”.
El ciclón Chido arrasó Mayotte, situada entre Madagascar y Mozambique, el 14 de diciembre, destruyendo infraestructuras vitales y arrasando muchas de las chabolas con tejados de hojalata que componen sus grandes barriadas. Casi una semana después de la peor tormenta de los últimos 90 años, el territorio más pobre de Francia sigue sufriendo escasez de agua.
A lo largo del jueves, el presidente francés se enfrentó a mahoreses furiosos que exigían saber por qué no les había llegado aún la ayuda. En un momento dado dijo a una multitud: “Estáis contentos de estar en Francia. Si esto no fuera Francia, estaríais 10.000 veces más en la mierda. No hay otro lugar en el Índico donde se ayude tanto a la gente, eso es un hecho”.
Las declaraciones han sido duramente criticadas por la oposición francesa.
El jueves por la noche, Macron explicó que ampliaba su visita a un segundo día “en señal de respeto, de consideración”. “Decidí dormir aquí porque me pareció que, dado lo que está viviendo la población, [irse el mismo día podría haber] instalado la idea de que venimos, miramos, nos vamos”, dijo.
Los abucheos han continuado el viernes. “Siete días y no eres capaz de dar agua a la población”, le gritó un hombre a Macron mientras recorría la pequeña comunidad de Tsingoni, en la costa oeste de la isla principal de Mayotte, Grande-Terre.
“Comprendo su impaciencia. Pueden contar conmigo”, respondió Macron, diciendo que se distribuirá agua en los ayuntamientos.
El número oficial de muertos, 31, ha sido inferior al esperado, después de que las autoridades dijeran que temían que hubiera miles de muertos. Los entierros inmediatos, acordes con la tradición islámica, y el gran número de personas migrantes sin papeles procedentes de las cercanas Comoras que evitan a las autoridades por miedo a ser deportadas, pueden hacer que nunca se conozca el verdadero número de víctimas mortales.
El ciclón también causó 73 muertos en el norte de Mozambique y 13 en Malaui, según las autoridades de estos países del sureste africano.
Mayotte tiene oficialmente 320.000 habitantes, pero las autoridades han afirmado que podría haber entre 100.000 y 200.000 más, la mayoría procedentes de las Comoras y que viven en los barrios marginales de las islas. Mayotte pasó a formar parte de Francia en 1841 y votó a favor de seguir siendo francesa en 1974, cuando las islas Comoras optaron por la independencia.
A principios de semana, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, de derechas y abiertamente contrario a la inmigración, declaró que Mayotte no podía reconstruirse sin abordar la inmigración.
En Kaweni, un barrio marginal a las afueras de la capital de la isla, Mamoudzou, Ali Djimoi dice que ocho personas que han vivido cerca de él han muerto a causa del ciclón, dos de ellas fueron enterradas rápidamente cerca de una mezquita. Cree que Mayotte ha sido “completamente abandonada” por el Estado francés. “El agua que sale por las tuberías, aunque funcione no se puede beber, sale sucia”.
Con información de agencias.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha protagonizado un airado intercambio de palabras con los residentes de las islas Mayotte afectados por el ciclón, diciendo a una multitud indignada que abucheaba: “Si esto no fuera Francia, estaríais 10.000 veces más en la mierda”.
El ciclón Chido arrasó Mayotte, situada entre Madagascar y Mozambique, el 14 de diciembre, destruyendo infraestructuras vitales y arrasando muchas de las chabolas con tejados de hojalata que componen sus grandes barriadas. Casi una semana después de la peor tormenta de los últimos 90 años, el territorio más pobre de Francia sigue sufriendo escasez de agua.
A lo largo del jueves, el presidente francés se enfrentó a mahoreses furiosos que exigían saber por qué no les había llegado aún la ayuda. En un momento dado dijo a una multitud: “Estáis contentos de estar en Francia. Si esto no fuera Francia, estaríais 10.000 veces más en la mierda. No hay otro lugar en el Índico donde se ayude tanto a la gente, eso es un hecho”.
Las declaraciones han sido duramente criticadas por la oposición francesa.
El jueves por la noche, Macron explicó que ampliaba su visita a un segundo día “en señal de respeto, de consideración”. “Decidí dormir aquí porque me pareció que, dado lo que está viviendo la población, [irse el mismo día podría haber] instalado la idea de que venimos, miramos, nos vamos”, dijo.
Los abucheos han continuado el viernes. “Siete días y no eres capaz de dar agua a la población”, le gritó un hombre a Macron mientras recorría la pequeña comunidad de Tsingoni, en la costa oeste de la isla principal de Mayotte, Grande-Terre.
“Comprendo su impaciencia. Pueden contar conmigo”, respondió Macron, diciendo que se distribuirá agua en los ayuntamientos.
El número oficial de muertos, 31, ha sido inferior al esperado, después de que las autoridades dijeran que temían que hubiera miles de muertos. Los entierros inmediatos, acordes con la tradición islámica, y el gran número de personas migrantes sin papeles procedentes de las cercanas Comoras que evitan a las autoridades por miedo a ser deportadas, pueden hacer que nunca se conozca el verdadero número de víctimas mortales.
El ciclón también causó 73 muertos en el norte de Mozambique y 13 en Malaui, según las autoridades de estos países del sureste africano.
Mayotte tiene oficialmente 320.000 habitantes, pero las autoridades han afirmado que podría haber entre 100.000 y 200.000 más, la mayoría procedentes de las Comoras y que viven en los barrios marginales de las islas. Mayotte pasó a formar parte de Francia en 1841 y votó a favor de seguir siendo francesa en 1974, cuando las islas Comoras optaron por la independencia.
A principios de semana, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, de derechas y abiertamente contrario a la inmigración, declaró que Mayotte no podía reconstruirse sin abordar la inmigración.
En Kaweni, un barrio marginal a las afueras de la capital de la isla, Mamoudzou, Ali Djimoi dice que ocho personas que han vivido cerca de él han muerto a causa del ciclón, dos de ellas fueron enterradas rápidamente cerca de una mezquita. Cree que Mayotte ha sido “completamente abandonada” por el Estado francés. “El agua que sale por las tuberías, aunque funcione no se puede beber, sale sucia”.
Con información de agencias.
ElDiario.es – Internacional