Llegó la novena edición de La isla de las tentaciones, y llegó sin defraudar. Dijo Sandra Barnada que se iba a saltar el guion, que se iba a cabrear mucho y así empezó. Primeras advertencias, primeros insultos, primeros de todos Leer Llegó la novena edición de La isla de las tentaciones, y llegó sin defraudar. Dijo Sandra Barnada que se iba a saltar el guion, que se iba a cabrear mucho y así empezó. Primeras advertencias, primeros insultos, primeros de todos Leer
Siempre me he preguntado por qué una pareja se pone tan al límite que decide ir a La isla de las tentaciones. Muchos creen que es porque La isla de las tentaciones te abre las puertas de la tele, pero el beneficio de eso es demasiado poco para jugarte tu pareja. Otros creen que es porque les va la marcha. Me quedo con esta segunda opinión. Para meterte en La isla de las tentaciones tienes que tener unos ovarios y unos bemoles —por cierto, anoche al parecer las chicas vieron el primero— tan grandes como un melón.
En la primera edición de La isla de las tentaciones se podía entender porque nadie sabía a lo que iba. En la segunda, todavía se podía explicar, pero en la novena… En la novena ya no puedes hacer otra cosa que creerte que realmente van a La isla de las tentaciones para alejar los celos, para dejar de tenerlos, para confiar en tu pareja o, la rara avis de esta edición, Darío y Almudena, 11 años juntos, desde los 14 y 15 años, que han decidido ir a La isla de las tentaciones para darnos una lección a todos y demostrar que el amor verdadero existe. Sí, sí, existe hasta que los dejan en una villa con carnaza de la buena y no hay quien se resista.
Comenzó fuerte La isla de las tentaciones 9, pues por primera vez en la historia del programa no era Sandra Barneda la que recibió a las parejas en la playa. Fueron los solteros y solteras haciendo su trabajo: calentar el ambiente. Y no, en esta ocasión lo de calentar el ambiente no va adornado con sábanas y embestidas, sino con sacar de sus casillas a las parejas. ¿Lo consiguieron? Desde el primer segundo. Dedo, palabrota para darles la bienvenida, insultos, pelea de gallitos, provocaciones, que si te vas de aquí soltera, que si tú eres más fea que un pie, que si nosotras tenemos más cerebro y por eso nuestros novios están con nosotras, que si no vales un pimiento, que si te pires, que si te vas sin novio de aquí, que si… Calentando que es gerundio.
Apareció en ese instante Sandra Barneda cual diosa de los mares, arrastrando la cola de su vestido por las aguas cristalinas del paradisíaco lugar, paralizando corazones e intentando poner un poco de orden y concierto. «Chicos, chicas, os enfrentáis al despertar de la tentación. Una tentación peligrosa, dispuesta a enamorarse como nunca antes lo ha hecho, y a borrar el futuro de vuestras relaciones para escribir el suyo. ¿Lo conseguirán? Solo lo descubriréis al final de esta aventura, cuando tengáis la respuesta a la gran pregunta: ¿estáis realmente hechos el uno para el otro?», dijo la presentadora, mientras se mantenía entre parejas y solteros como si fuera el árbitro que da el pistoletazo de salida para que comiencen los juegos del hambre. Perdón, los juegos del sexo.
Porque no nos engañemos, lo que estamos esperando todos es que caiga el primero, es que la luz de la tentación se encienda por un motivo de verdad y no por las chorradas que novios y novias marcan desde el principio. ¿Cómo no les va a ir mal? Es imposible que la luz de la tentación no se encienda en las primeras horas de convivencia con solteros y solteras cuando lo que está señalando como límites es, entre otras muchas chorradas, que jueguen a las peleas en la piscina y las solteras planten su parrús sobre las nucas de los chicos. Cómo no va a sonar si para ellos un límite es que su pareja se ría con algún soltero. Cómo no va a sonar si vetas el jacuzzi desde el principio. Cómo no va a sonar si pones como límite que «esté mucho tiempo hablando con alguna chica». ¿Dónde se piensan que van? ¿A un monasterio benedictino?
Claro, pones estos límites, ¿y qué pasa? Pues que la luz de la tentación se dispara la primera noche. Mientras las chicas estaban en modo relax, en modo fiesta de pijamas cuqui, ellos se dejaban llevar. Hay cosas que no cambian. Pero es que se dejaban llevar hasta un punto en que dio la sensación de que en la playa había un chico y en la casa estaba su otra personalidad: Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Siempre pasa lo mismo. Parece que se guardan ir a La isla de las tentaciones para sacar toda la verdad y nada más que la verdad. Pues, tú no puedes soportar la verdad.
Para La isla de las tentaciones era todo un reto superar el fenómeno mundial en que se convirtió La isla de las tentaciones 8. De ahí que fueran los solteros y solteras los que les recibieran; de ahí que Sandra Barneda apareciese después; de ahí que las tentaciones les rodeasen haciendo un círculo mientras se soltaban pullitas a tutiplén; de ahí que Sandra Barneda no permitiese que las chicas se pudieran despedir de sus parejas como lo haría Lo que el viento se llevó. Y llegó entonces el primer cabreo de Sandra Barneda.
En la presentación de La isla de las tentaciones 9 la semana pasada, la presentadora desveló que en esta edición, por primera vez, se saltaba el guion (ya te digo yo que lo que ocurre en La isla de las tentaciones es tan bizarro que se acaba comiendo el guion, la escaleta y lo que haya) y se cabreaba muchísimo. Ese momento no ha llegado aún, pero sí que llegó el primer aviso para navegantes. Mientras las chicas se estaban marchando en fila india y con Sandra Barneda de follow the leader, Claudia se escapó a los brazos de su Gilbert.
«Mirad bien a vuestras parejas, porque esta prueba de amor acaba de comenzar y os ha separado en este mismo momento. Sin despedidas, sin abrazos, sin besos, sin palabras. Chicas, acompañadme. Chicos, nos vemos muy pronto», les advirtió Sandra Barneda. Comenzaron a andar y…
«¡Claudia, por favor, conmigo!», primer grito de la presentadora en La isla de las tentaciones 9. ¿A qué recuerda? «A ¡Montoya, por favor!». «Por favor, chicas, lo que acaba de hacer Claudia no podéis hacerlo. Las normas están para cumplirse». Sí, sí, para cumplirse, igual que se prometieron amor y lealtad eternos y en la primera fiesta ya estaba saltando la luz de la tentación y del que menos se esperaba uno, de Rodrigo, la pareja de Helena. Si es que no se puede ir a La isla de las tentaciones con el rencor y las ganas de venganza y hombría en la mochila.
Resulta que Helena se ha portado muy, muy, muy mal con Rodrigo. Dirás, ¿pero qué ha hecho la chica? Pues, según contaron en su presentación, a Helena al principio le gustaba mucho la fiesta y salía mucho con sus amigas, hablaba con chicos por Instagram y le daban muchos likes, y Rodrigo, que vive todavía en la Prehistoria, no lo soportaba. Han ido a La isla de las tentaciones para que ella le demuestre que le quiere y que puede confiar en ella. Pues el primero que encendió la luz de la tentación: Rodrigo.
A ver, que la encendió porque se puso a bailar con Olatz, una de las tentadoras, y hubo miradas cómplices. ¡Uf, pecado mortal! Y, claro, La isla de las tentaciones, para dar un paso más, mostró a las chicas quién era el primero que había hecho saltar la luz de la tentación. Cuando Helena lo vio, además de llorar, por supuesto, lo tuvo claro: «Me la va a liar». Y lo peor, ella cree que se lo merece porque no se ha portado bien con él. Aquí sí que tenemos un problema. Helena se sinceró con sus compañeras asegurando que no se quiere a sí misma ni se valora. Esto es más que una infidelidad.
Y aunque Rodrigo no hiciese nada que supusiera un escándalo, dio el primer aviso de lo que no va a tardar mucho en llegar: Rodrigo va a ser el primero en caer y se va a caer con todo el equipo.
Nos dejó La isla de las tentaciones con la miel en los labios. Esta noche van a ver las primeras imágenes de sus parejas en su primera noche en las villas y, el que avisa no es traidor, se va a liar parda, pardísima. Cuando pase algo realmente gordo, no sé qué van a hacer, ¿prender fuego a la isla? No lo descartes.
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