El Gobierno celebra que la OTAN le reconozca como un socio “fiable y responsable”

El Gobierno ha recibido con satisfacción el anuncio de la OTAN de que España ya está destinando el 2% del PIB a gasto militar, tal y como Pedro Sánchez se comprometió a cumplir para finales de este año. Con ese porcentaje, el país cumple por primera vez con el objetivo de gasto que los miembros de la Alianza Atlántica acordaron en 2014 para la década posterior. Entonces, España dedicaba un 0,92% del PIB a Defensa. “La OTAN acepta nuestra propuesta y da por bueno que España va a cumplir con el 2%, que es lo que defendíamos. Nos refuerza frente al discurso catastrofista del PP de que no somos un socio fiable y no se nos tiene en cuenta a nivel internacional. Si fuera así, la OTAN nos habría tirado el plan”, explican fuentes gubernamentales.

Sánchez adelantó el 22 de abril que España cumpliría el 2% del PIB en gasto militar este mismo año. Para conseguirlo, España invertiría 10.471 millones más de euros en Defensa este año, hasta llegar a un total de 33.123 millones. De ese modo se adelantaba en cuatro años la fecha fijada hasta ahora por el Gobierno, que era 2029. España acabó 2024 con el 1,40% en gasto militar, frente al 1,28% previsto inicialmente, por lo que el salto era considerable. El anuncio abrió un nuevo frente entre el PSOE con buena parte de los socios de la investidura y también dentro del Gobierno de coalición con Sumar y se produjo dos meses antes de la cumbre de la OTAN en La Haya (Países Bajos), la primera desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Los rumores ya apuntaban entonces a que se fijaría un nuevo objetivo de inversión en defensa por encima del 3% del PIB, que Trump elevó finalmente al 5%. “España, como socio fiable y responsable, no solo da respuesta a las necesidades de la alianza con la aportación de efectivos a las misiones de la OTAN, sino que cumple con el compromiso adquirido de alcanzar el 2% del PIB en inversiones del ámbito de defensa”, valoran fuentes del Ministerio que dirige Margarita Robles.

Sánchez asumió muchos riesgos en su plante a las exigencias de Trump por las connotaciones políticas. Es el secretario general del PSOE, preside la Internacional Socialista y está al timón del principal país de la UE que ha resistido el avance de la ultraderecha, que ha entrado en varios gobiernos comunitarios con alianzas con la derecha tradicional o se ha convertido en el principal partido de la oposición. Y en La Haya se quedó solo. El resto de dirigentes europeos sí acataron sin concretar cómo harían para cumplir con unas inversiones muy elevadas que podrían mermar los servicios públicos. La italiana Giorgia Meloni ha recuperado el polémico proyecto del megapuente de Sicilia con el continente, con un coste de 13.500 millones, como gasto en Defensa. Sánchez se mantuvo impertérrito e hizo hincapié en incluir dentro del incremento en seguridad la ciberseguridad y los servicios de emergencias, dentro de la respuesta y adaptación al cambio climático. Mientras, las críticas del PP arreciaron. “No nos engañe, señor Sánchez, usted se comprometió con el 5% y punto”, llegó a decir Feijóo en una sesión de control.

Sánchez aguantó la presión y defendió que España no iría más allá del cumplimiento del 2%. El argumento que defendió es que con ese porcentaje España cumpliría sus compromisos con la OTAN sobre capacidades militares con un 2,1% del PIB en gasto en defensa. Finalmente, a las puertas de la cumbre de La Haya, pactó con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que España no estaba obligada a gastar el 5% del PIB en defensa. El presidente aceptó la declaración de la cumbre de La Haya después de que Rutte le garantizase “flexibilidad”. El holandés esgrimía, no obstante, que el Gobierno necesitará llegar el 3,5% y pactó que España tendrá flexibilidad para estudiar si puede cumplir los compromisos adquiridos. Su cumplimiento se revisará en 2029.

El Gobierno afirma que esa es la hoja de ruta que ha diseñado mediante inversiones “que permiten mejorar las capacidades” de las Fuerzas Armadas “y, a su vez, avanzar en desarrollo tecnológico de carácter dual asociado a la creación de empleo de alta cualificación y calidad, que refuerzan el potencial de la industria de defensa nacional”. El Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa cuenta con una inversión inicial de 10.471 millones de euros este ejercicio.

Los programas que incluye el plan también desarrollan, según fuentes de Defensa, sectores estratégicos identificados por la OTAN como los de la inteligencia artificial y Big Data, la robótica, las tecnologías cuánticas y de la información, la comunicación, el espacio, la biotecnología, las nuevas técnicas de fabricación o energía y propulsión. “Se trata de tecnologías duales de alto impacto, muchas de ellas de carácter transversal, consideradas clave para la seguridad y defensa colectivas, especialmente en un entorno geopolítico cada vez más complejo”, añaden.